domingo, 16 de mayo de 2010

La Televisión e Internet, ¿herramientas de ocio o "enfermedad"?




Desde la prehistoria hasta hace unas décadas, los seres humanos se han divertido y entretenido en su tiempo libre a pesar de que no existían la televisión e Internet. Entonces, ¿porqué en la actualidad no podemos pasar nuestros momentos de ocio sin esos medios de comunicación?, ¿quizás nos estamos volviendo menos sociables y por ello necesitamos encerrarnos en casa junto a un ordenador?


Ambas cosas son muy buenas para tenernos ocupados en esos ratos libres e incluso para enseñarnos conceptos, historias…


En cuanto al Internet que usamos como herramienta didáctica, los estudiantes de ahora tenemos la suerte de poder hacer trabajos de una manera más fácil, sin tener que recurrir a los libros y enciclopedias ( de papel) que son tan caros, en la mayoría de los casos, y difíciles de transportar (en el caso de diccionarios por ejemplo).


Internet como vemos tiene ventajas pero también inconvenientes. Si lo usamos de una manera correcta ( sin meternos en páginas web con virus, o hablar con gente desconocida a través del chat), no debemos tener problemas, pero si lo utilizamos mal podemos tenerlos, y muy grandes como denuncias por subir algún archivo indecente, entrada de virus en nuestro ordenador, etc.


La televisión, igual que en Internet, nos da información sobre las noticias de actualidad, nos permite ver películas, programas, shows entre otras cosas. Pero, ¿Qué pasa cuando una persona no puede vivir sin televisión y se convierte en adicta? Este problema lo tiene Mitch Hallam un hombre de 42 años británico que la ve durante 10 horas diarias. A tal extremo llega su adicción que tiene una en cada habitación de su casa con 99 canales cada una. No tiene objetivos ni proyectos porque su vida es la televisión. Lo que hace en todo el día es sentarse en su sofá frente a ella y comerse una pizza tras otra. A esto también hay que añadirle su gran obesidad. Es decir, que la tele es buena para el ocio pero en algunos casos, (como en la historia que os acabo de contar) nos puede quitar la salud.


Este problema de adicción no solo ocurre con la televisión sino que también con Internet. Se han dado muchos casos en los que jóvenes y adultos han decidido estar antes delante de un ordenador, que irse con lo amigos. Conozco situaciones en las que algunas personas chatean durante 20 horas o más sin parar porque, esa obsesión por meterse a las redes sociales, es imparable.


Tanto la televisión como Internet, en mi opinión, son muy buenos siempre y cuando los utilicemos correctamente y evitemos caer en la adicción.


Lo que aconsejo a las personas que lean este artículo es que usen estos medios de comunicación con moderación y que hagan mucho deporte porque así, nos evitaremos caer en esa enfermedad (adicción). ¿No existen ya bastantes como para tener una más por culpa de los avances tecnológicos?

martes, 4 de mayo de 2010

¿Qué es una madre para su hijo?

Por lo general es alguien a la que tienes que respetar y amar durante toda la vida porque ella fue la que te la dio.


Pero, ¿Y si aparentamos que no la apreciamos como tal? Ahí es cuando vienen los sufrimientos y las penas.


Os contaré una historia que nos explicará el profundo arrepentimiento de un hijo por aparentar no amar a su madre.


En la dura España del año 1936 bajo la crisis política y el comienzo de la guerra, un joven llamado Juan de 18 años era el típico chico pasota que no apreciaba a su madre . Ella continuamente sufría por miedo a que se lo llevasen al ejército para luchar en la guerra pero él incrédulo le decía que si el fuera a la guerra no seria para luchar de soldado , sino que seria como capitan o un cargo superior.


Su madre ( como cualquier madre haría) le preparaba la comida, y le daba todo lo que estaba a su alcance dentro de sus pocas posibilidades economicas. En cambio Juan la veía como una gran dictadora porque , ella le recriminaba su mala actitud y su mal carácter.


Aunque aparentemente el joven era frío con su madre, en el fondo la quería mucho y la apreciaba. El problema era que no se lo demostraba.


Este muchacho nunca había salido del pueblo, de su casa y aunque parezca mentira no se habia separado nunca de su madre , hasta que un dia llegaron unos militares buscan do a todos los jóvenes varones de 18 años en adelante , para combatir en la guerra,


En ese momento la madre con gran dolor y llorando tras la ventana de su dormitorio suplicó a su hijo que se escondiera en una cámara donde guardaban el trigo para los animales para que no fuera descubierto por los guardias. Juan aunque tenia miedo no flaqueó y con genio la gritó y le dijo:

- ¡Madre ya es hora de que me vaya de casa porque ya soy mayor y debo hacer algo en la vida. Y que mejor que defender a mi país!

Tras esto la madre le suplicó:

- ¡No ves que si te marchas con ellos ya no volverás y me matarás de sufrimiento!


Abrochándose la camisa, ciñéndose el cinturón, el hijo apartó a su madre y salió por la puerta. La mujer le cogió del brazo, e hizo fuerza para que no se fuese pero un guardía la apartó de él la cogió por la cintura y la introdujo en la casa.


Pasados unos días, la madre llena de rabia fue al cuartel del pueblo y habló con un guardia:

- ¿Podría decirme donde mandaron a mi hijo Juan Sanchez García con residencia en la calle Santa Cruz?

El guardia enfurecido le dijo:

- ¡ Nosotros no sabemos nada de su hijo y si supieramos algo nunca se lo diríamos, son órdenes de nuestros superiores – señalándola con el dedo índice- y además usted no es nadie para recibir información de un reclutado que está salvando a nuestro País!

- Claro que lo soy, su madre nada más y nada menos – entrelazándose los dedos de las manos en forma de rezo- Le pido que me diga dónde está mi hijo porque si de verdad usted y todos los que piensan como usted queréis salvar España y darnos un futuro próspero, tendrían que informar a las madre desesperadas como yo.


El guardia en ese momento la obligó a que saliera del cuartel antes de que llamara a sus superiores pues estaba molestando.


Tras 3 meses, llegó un hombre alto, esbelto, moreno, con rasgos marcados y de unos 30 años a la casa de la madre de Juan para entregarle una carta escrita de este. Ella la abrió y toda emocionada comenzó a leer.


Querida Madre:


Ahora estará pasando unos de los peores momentos de su vida, lo entiendo, incluso cuando coja esta carta llorará de emoción por saber algo de mí.


El hombre que le ha llevado esta carta es un compañero que tambien estaba sirviendo a la patria pero ha desertado pues su esposa esta muy enferma y debe regresar con ella.


Quería contarle (aunque sea por escrito) el porqué de irme a luchar a la guerra y de no haber puesto ninguna resistencia por quedarme en casa. Queria demostrarme a mi mismo que podia servir para algo en la vida porque aunque tengo aspecto de chico valiente ,tambien tengo sentimientos.


Madre, me fui porque el reclutamiento me hizo sentir hombre, independizado y libre, y no un niño como hasta entonces creia ser. La dejé en muy malas condiciones, lo sé. Pero, créame no quería hacerla de sufrir lo único que deseaba es ver mundo y ver que podía vivir sin su protección.


A pesar de que he pasado poco tiempo en este mar de lágrimas, he visto de todo, pero no se preocupe que yo estoy perfectamente bien se lo juro.


Hasta hace unos días me mandaron a hacer guardias en el cuartel por las noches, de verdad pasé mucho miedo. Pero como yo tenía a mi madre esperándome rezando sabía que Dios me iba a cuidar y me iba a salvar de cualquier mal, porque seguro que a mi madre nunca la iba a fallar.


En esos momentos es cuando realmente la echaba de menos, en los momentos de angustia, terror y miedo (mucho miedo). Además me arrepentía de lo mal que me había portado hasta entonces con usted y de lo insatisfecho que estaba de la vida que Dios me había dado.


Me considero, ahora que he pasado por lo peor, que he sido un inconformista y una mala persona porque siempre he querido lo mejor , la riqueza y el vicio. De verdad madre ahora sé lo que es sufrir, y reconozco que aunque te he hablado mal tantas y tantas veces en el fondo te quería con todo el corazón.


En fin, reconozco que nunca he sido un buen hijo por culpa de mi mal genio o quizás de la poca experiencia de la vida que tenía. En este momento entiendo que usted me tratase como un niño o como un bebé en algunos momentos ( ahora es cuando veo que lo soy sin duda) porque el miedo y el terror que he pasado durante todo este tiempo no se ha echado en saco roto me ha servido no solo para madurar sino para apreciarla mucho más.


Espero que me perdones y no sufras que dentro de muy poco estarémos los dos juntos y sin duda nos llevaremos como lo que somos una madre y su hijo.


Siempre tuyo


Juan.


La madre en este momento cogió la carta, la dobló, se la puso encima de su pecho y rompió a llorar porque entendió lo que verdaderamente era para su hijo, alguien imprescindible en su vida.